El primer bocado
COME LO QUE TE GUSTA Y SIGUE SIENDO SALUDABLE
Entras en la cocina de tu hermana y te invade el delicioso aroma de las galletas de chocolate recién horneadas. Ves que algunas se están enfriando en la rejilla de la esquina y luchas contra la vocecita en tu cabeza que te dice que te lleves toda la tanda y salgas corriendo. Estás cuidando tu peso y sabes que esos trocitos de chocolate del cielo no te harán ningún favor. ¿Por qué es tan difícil hacer dieta? ¿Por qué no puedes comer las cosas que te gustan y seguir estando saludable?
En realidad…puedes.
Decidir cuándo, qué y cuánto comer no debería ser una tarea ardua. La comida nos da energía y fuerza, pero se puede (y creo que se debe) disfrutar de ella. Si bien contar calorías y leer las etiquetas nutricionales puede traer resultados beneficiosos cuando se trata de mantener o perder peso, no es raro sentir una naturaleza obsesiva con este tipo de control. Puede resultar difícil mantener la dedicación que se requiere para hacer un seguimiento de cada comida, cada refrigerio y cada bebida. Es difícil rechazar los alimentos que más disfrutas porque se los ha considerado "malos para ti".
Pero cuando se trata de tomar buenas decisiones sobre tu dieta, no se trata sólo de lo que comes, sino de cómo comes.
Se trata del primer bocado.
El primer bocado de la galleta con pepitas de chocolate es el que realmente te hace la boca agua, el que trae recuerdos, el que activa una sensación de confort y placer. En lugar de pasar rápidamente del primer bocado al segundo y al tercero, hasta que la galleta desaparezca, tómate tu tiempo para disfrutar ese primer bocado. Presta atención a cómo sabe, cómo huele, cómo se siente en tu boca, cómo te sientes cuando la estás comiendo. ¿Qué pasa por tu mente?
Aprovecha la oportunidad.
Aprovechar la oportunidad de disfrutar realmente cada sensación del primer bocado de comida (sea cual sea) nos permite participar más en la experiencia de comer. Cuando elegimos ser conscientes de lo que nos llevamos a la boca, podemos evitar la culpa que puede surgir de los excesos. Ya no necesitamos etiquetar los alimentos como buenos o malos, sino que podemos pensar si nos están proporcionando o no a nuestra mente, cuerpo y espíritu lo que más deseamos. En lugar de una mentalidad de dieta que nos anima a centrarnos en lo que no podemos morder, ser conscientes de la experiencia de comer nos permite centrarnos en lo que sí podemos morder.
Compare y encuentre valor… o deténgase.
Después de ese primer bocado, comido con atención, tienes la oportunidad de comparar cada uno de los bocados siguientes con el primero. Si el segundo bocado fue igual de delicioso y agradable, ¡genial! Estás encontrando valor en comer. Sin embargo, si ese segundo bocado, o el tercero, o el cuarto no hace bailar a tus papilas gustativas tanto como el primero, aprovecha la oportunidad para escuchar lo que tu cuerpo y tu mente te dicen, y detente. Tú tienes el control. Tú tomas la decisión de lo que es mejor para tu cuerpo.
Comer con atención plena
La alimentación consciente elimina la mentalidad de restricción alimentaria al permitirte tener control sobre la cantidad y el tipo de alimentos que comes al prestar mucha atención a cómo se siente tu cuerpo. A medida que comiences a practicar la alimentación consciente, es posible que descubras que no es tan difícil rechazar esa tercera porción de pizza porque te habrás dado cuenta de que no te sientes mejor después de ese tercer trozo. Es posible que descubras que todavía te encanta comer galletas con chispas de chocolate, pero no siempre las comes cuando tu hermana las prepara porque entiendes que es un impulso emocional en lugar de un deseo real de comer esa galleta.
Empieza hoy.
Si bien dominar la alimentación consciente lleva tiempo, es una habilidad de la que todos pueden beneficiarse. Empiece hoy mismo. Cuando cene esta noche, coma un poco más lento. Haga una pausa entre bocados para saborear los olores y sabores. Preste atención a lo lleno que se siente su estómago y no tenga miedo de dejar de comer cuando se sienta satisfecho, incluso si todavía hay comida en su plato.
Mantener hábitos alimentarios saludables no tiene por qué ser una tarea ardua. Solo concéntrese en el primer bocado.
-Madera Kendra
Kendra es oriunda de Michigan y le encantan las aventuras al aire libre y las versiones saludables de las recetas antiguas. Se graduó de la Universidad Brigham Young con una licenciatura en Ejercicio y Bienestar y le apasiona compartir su conocimiento sobre los principios de la aptitud física y la nutrición para ayudar a mejorar la cantidad y la calidad de sus años de vida. Le encanta establecer metas personales que la ayuden a ser su mejor versión. Cree firmemente que cualquiera puede hacer cambios pequeños y sostenibles que generen grandes beneficios para la salud.