Cuatro formas de utilizar el ejercicio para controlar el estrés
Todos sabemos que el ejercicio tiene un impacto positivo en todo lo que hacemos, desde la fuerza y la resistencia hasta la inmunidad y la calidad de vida en general. Lo que normalmente no nos damos cuenta es que el ejercicio es un estrés necesario que ponemos en nuestro cuerpo y que lo obliga a volverse más resistente cuando se hace de manera constante. El cuerpo humano es un organismo inteligente, pero no puede diferenciar entre estrés físico (ejercicio) y estrés psicológico (mental/emocional); Ambos tipos de estrés desafían los sistemas del cuerpo humano.
La capacidad del cuerpo para responder positivamente a cualquier tipo de estrés mejora cuando el ejercicio es una parte regular de la rutina semanal de una persona. El ejercicio aeróbico y de fuerza regular obliga a los sistemas musculoesquelético, cardiovascular y nervioso central a fortalecerse después de un breve período de recuperación. Y dado que el cuerpo no puede diferenciar entre los dos tipos de estrés, quienes hacen ejercicio con regularidad son más capaces de manejar el estrés psicológico cuando se enfrentan a situaciones desafiantes.
Aquí hay cuatro formas en que puede utilizar el ejercicio para ayudarlo a controlar el estrés:
- Mejorar la salud y la actitud. Nuestras vidas están muy ocupadas y, a veces, tomarnos una hora para hacer ejercicio parece demasiado desafiante. Pero incluso la más pequeña inversión de tiempo para concentrarse en mejorar su salud física tendrá un gran impacto en usted y en quienes lo rodean. Serás más feliz, te sentirás más seguro y te ayudará a afrontar el estrés mental de forma saludable.
- Respira para reducir la tensión. La respiración está ligada al sistema nervioso central y puede crear o reducir tensión. Puede reducir la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la tensión muscular incorporando una breve práctica de respiración en su día.
- Entrenamiento de potencia. Golpear pelotas y balancear pesas rusas ayuda a dirigir la atención y las emociones y, al mismo tiempo, libera la energía reprimida. Los ejercicios de entrenamiento de fuerza te ayudarán a salir del gimnasio sintiéndote fuerte y capaz de afrontar los desafíos del día.
- Trabaja duro, duerme duro. Cuanto más a menudo hagas ejercicio, mejor dormirás. Cuando duermes bien, tu mente y tu cuerpo son más capaces de manejar el estrés. Sin dormir lo suficiente, las emociones están en alerta máxima y pueden nublar el juicio y la capacidad emocional.
La forma más rápida de lidiar con el estrés a corto plazo es concentrarse en respirar profundamente cuando empiece a sentirse estresado. Colóquese en una posición cómoda y utilice todo el torso para expandirse al inhalar y contraerse al exhalar. Concéntrese en la inhalación y exhalación de cada respiración y permítase relajarse en cada respiración posterior. Para lograr un impacto a largo plazo, el ejercicio regular mejora muchos signos vitales y la salud mental. Trabajar duro en el gimnasio te permite lidiar con cualquier cosa difícil que se te presente fuera del gimnasio. ¡Recuerde dormir, respirar y hacer ejercicio para poder mostrar su mejor versión, día tras día!