Diferencia entre ejercicios anaeróbicos y aeróbicos
La mayoría de nosotros probablemente aprendimos las diferencias entre los ejercicios aeróbicos y anaeróbicos en la escuela, pero entender cómo aplicarlo a tu rutina de ejercicios puede ser más difícil. Sigue leyendo para entender la diferencia entre ambos y cómo los ejercicios aeróbicos y anaeróbicos te ayudarán a ponerte en forma y alcanzar tus objetivos.
¿Qué es el ejercicio anaeróbico?
La mayoría de las clases de salud de la escuela secundaria definen este tipo de acondicionamiento como “sin oxígeno”. Esta definición no significa que no respires durante el entrenamiento; solo significa que tu cuerpo no necesita oxígeno para crear la energía necesaria para generar movimiento a alta intensidad.
Los breves arranques de velocidad y otros esfuerzos extenuantes son proporcionados por los sistemas de energía anaeróbica del cuerpo, APT-CP y glucólisis anaeróbica, los cuales tienen un suministro de energía que pueden proporcionar durante una cierta cantidad de tiempo, pero eventualmente se agotarán y requerirán que te recuperes por completo antes de repetir. Este tipo de ejercicio es metabólicamente exigente, pero como no se puede mantener durante un largo período de tiempo, es probable que quemes menos calorías de las que esperarías. La clave para maximizar el entrenamiento anaeróbico es dejar suficiente tiempo entre los episodios de trabajo duro para permitir que el cuerpo se recupere antes de salir a una segunda ronda de trabajo.
Algunos ejemplos de ejercicios anaeróbicos incluyen:
- Levantar pesas pesadas
- Carreras de velocidad
- Sprints en bicicleta
¿Qué es el ejercicio aeróbico?
A diferencia del ejercicio anaeróbico, el trabajo aeróbico utiliza oxígeno para crear la energía necesaria para generar movimiento. La mayoría de las personas pueden realizar ejercicio aeróbico durante largos períodos de tiempo debido a su naturaleza de intensidad relativamente baja. El ejercicio aeróbico de baja intensidad es bien conocido por su capacidad para fortalecer los sistemas cardiovasculares (corazón y pulmones) en personas de todos los niveles de capacidad.
El ejercicio aeróbico, conocido comúnmente como la “zona de quema de grasa”, hace más que simplemente quemar grasa. Además de fortalecer el corazón y los pulmones, el ejercicio aeróbico ayuda a eliminar los desechos del torrente sanguíneo, desintoxica el cuerpo a través del sudor y ayuda a disminuir el dolor en quienes padecen dolor crónico. La clave para maximizar el entrenamiento aeróbico es mantener la frecuencia cardíaca por debajo de 80% de la frecuencia cardíaca máxima estimada.
Ejemplos de ejercicio aeróbico:
- Nadar
- Ciclismo
- Caminando
- Correr
- Remo
Errores comunes
Muchos de nosotros hacemos nuestro trabajo de resistencia (aeróbico) demasiado rápido y nuestro trabajo de velocidad (anaeróbico) demasiado lento. Entrenar a 85% o más de la frecuencia cardíaca máxima estimada utilizando intervalos de trabajo y descanso aprovecha el sistema anaeróbico. En comparación, entrenar por debajo de 80% de la frecuencia cardíaca máxima estimada aprovecha los sistemas de energía aeróbica. Muchos asistentes al gimnasio se mantienen entre 80 y 85% de su frecuencia cardíaca máxima y nunca logran los beneficios de estos tipos específicos de entrenamiento.
Combine ejercicios aeróbicos y anaeróbicos para obtener resultados máximos
Alternar entre ejercicios aeróbicos y anaeróbicos durante la semana te ayudará a mantener tus entrenamientos frescos y a seguir avanzando hacia tus objetivos de fitness. Combina esto con entrenamiento de fuerza y deberías empezar a ver grandes resultados. Si tienes preguntas sobre cómo aprovechar al máximo tu cardio, habla con uno de los expertos certificados de VASA. Entrenadores personales, quien podrá guiarte y armar un plan personalizado para que alcances tus metas.